Nadando vamos !!!

Muchas veces comenté lo mucho que le gusta el agua a Yuna. Le encanta !! Ya en Japón, para soportar lo mejor posible el calor veraniego, le compramos una pequeña piscina en la que ha podido refrescarse muchos días. Pero hasta ahora Yuna no había estado en una piscina grande (si no contamos los meses que estuvo dentro de la barriga de mamá, que una servidora fue a piscina mientras estaba embarazada, algo que recomiendo a futuras mamás siempre).

…hasta ahora…

Hace un par de días fuimos junto a una de mis amigas (también futura mamá 😉 ) a nadar a la piscina de Ferreira. El «ohhhhhh» de Yuna al entrar y ver tanta agua fue de libro.

En la piscina nos prestaron un gorrito para Yuna. El agua estaba muy fría, por no decir helada, pero una vez estabas dentro apenas se notaba.

Casi no pude nadar ya que Yuna estuvo colgada de mi cuello todo el rato, dirigiéndome con gritos y risas hacia donde quería ir. Se lo pasó en grande !! Bueno, y yo también. Una gozada el poder estar en una piscina muy grande prácticamente para nosotras solas. Lástima que hoy mismo se termina la temporada y la piscina cerrará hasta el verano que viene.

Pero aún nos queda el poder ir a la playa… y es que Yuna tampoco ha ido nunca a la playa. Hideo no es gran amante del agua (no sabe nadar), pero a mi si que me va la playa, aunque alguna vez ya comenté que soy más de la costa Mediterránea que de la Cantábrica (mi Costa Brava que no la toque nadie !!). Pero estoy deseando ver la reacción de Yuna al estar en la playa y jugar con las olas y la arena.

Pensando seriamente apuntarla a natación, y de paso a ver si puedo ir yo también 😉

Qué paséis un buen fin de semana !!

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Hace un año: Primera visita

Hace dos años: Embarazo, aquí y allí

Hace tres años: Grandes cambios en Japón

Hace cuatro años: Hideo y sus primeras lentejas

Hace cinco años: Si fuera…

Alergias y dolores

El año pasado me pasó una cosa curiosa con Yuna que no relaté aquí. A los dos o tres días de llegar a Ferreira Yuna se me empezó a quejar de picores, sobre todo en la zona del abdomen. Al levantarle la camiseta vi que tenía la barriga con un fuerte eritema. Lo comenté con mis padres y fuimos al hospital (tenemos la suerte que el hospital nos queda a unos 15 minutos en coche). Allí la doctora, después de diagnosticar una alergia, me preguntó que cambios habían habido para Yuna. «Últimamente todo… desde ambiente, alimentos, vivir con animales,…». Saber la causa del brote alérgico no era sencillo, así que le recetaron un jarabe y en un par de días estaba como si nada. Curiosamente, en el resto de nuestra estancia, no le volvió a salir.

Y esta vez nos ha pasado lo mismo !! A los dos días de llegar Yuna volvió a tener fuerte eritema, esta vez en brazos, pecho y cara. Volvimos al hospital y de nuevo nos recetaron el jarabe. Pero esta vez no le hizo efecto, por lo que tuvimos que volver al médico que le recetó una pomada, a combinar con el jarabe. Y dio resultado finalmente; el eritema y el picor desapareció y, de momento, nada a vuelto a aparecer.

Y a mi me ha pasado una cosa muy curiosa. Hace unos días empecé a quejarme de fuertes dolores de piernas. Eran dolores musculares, especialmente en la zona anterior de los muslos. Me dolía tanto que hasta dormir me costaba, porque me dolía cuando estaba en reposo; si andaba, no había dolor alguno. Fui a la farmacia donde me dieron un gel criotérmico para piernas cansadas o con varices. No me fue mal pero poco me hizo. Hasta que me di cuenta de la causa… los zapatos. En Japón poco rato llevo zapatos, simplemente cuando vamos a la calle, pero, como muchos ya sabréis, al entrar en casa nos descalzamos en el genkan (entrada) para calzarnos unas zapatillas o ir sin ellas, directamente, por la casa. Cuando vivía en España no es que hubiera mucha diferencia ya que siempre que estaba en mi casa iba con zapatillas; la única diferencia era que entraba dentro con los zapatos para descalzarme en mi habitación. Y eso lo hago ahora, con el único contrapunto de que estamos la mayor parte del tiempo en casa de mis padres y allí ando con zapatos. Puede que mi cuerpo ya esté acostumbrado a no llevarlos por largo tiempo y puede que ésta fuera la causa del dolor de piernas. De hecho ha sido andar sin zapatos y cesar el dolor 🙂

Así que, zapatos fuera !!!!

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Hace un año: Primera visita

Hace dos años: Embarazo, aquí y allí

Hace tres años: Grandes cambios en Japón

Hace cuatro años: Hideo y sus primeras lentejas

Hace cinco años: Llegada a Japón y Roppongi

Luciendo el yukata

Una entrada en la que pocas palabras habrán, ya que, me imagino, son más importantes las fotos.

Momento muy esperado por mi y, por lo que pude ver, por Hideo, que no paró de hacerme fotos. Pude estrenar mi yukata y asistir a la pequeña celebracíón de boda que hicimos con seres queridos.

Aunque la temperatura es mucho más agradable en Galicia que en Japón igualmente llevé ropa para cambiarme luego y pude comprobar que algo sudé, así que en Japón sería la repera, con el calorazo que hace en verano. Las geta (los zapatos) no me resultaron nada incómodas, y eso que andé rato largo con ellas.

Ahora a esperar un año más 🙂

Aquí con la princesa de la casa, que estaba reguapa 😉

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Hace un año: Primera visita

Hace dos años: Baby room

Hace tres años: La cigarra

Hace cuatro años: La Tomatina en Japón

Hace cinco años: Estoy viva y en Japón !!

Castrodouro

No hicimos mucha salidas finalmente. Entre la ola de calor que afectó a España durante esos días (aunque estábamos de acuerdo que nada comparado con el calor de Japón en verano), comidas con la familia y visitas de familiares, no hubo ni Santiago de Compostela ni Lugo para visitar. Nos quedamos en el valle.

Uno de los lugares de la zona que con Hideo no había ido era el Castro de Alfoz y eso que lo tenemos al lado mismo.  El Castro es uno de esos lugares del valle donde podemos recordar la historía y leyenda (un poco de cada) del mariscal gallego Pardo de Cela, señor feudal que cayó en desgracia al oponerse al reinado de doña Isabel la Católica y estar a favor de Juana la Beltraneja. En esa época eso estaba feo, así que lo capturaron (en Castrodouro) y lo decapitaron, en Mondoñedo. Aún recuerdo cuando, de pequeña, mi tía abuela Maruja me explicaba la leyenda (que podéis leer aquí) del Puente de Pasatiempo y de como la cabeza del mariscal rodaba por las escaleras de la catedral de Mondoñedo diciendo «creo, creo, creo»… «Por lo que te lo tienes que creer !!!», me decía en un susto final 😉

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La torre del Castro ofrece unas vistas magníficas del valle, vistas que retraté en una panóramica, donde vemos parte del valle y la Frouxeira, monte donde Pardo de Cela tenía su fortaleza. Una maravilla.

Muchas veces había ido yo antes pero nunca lo habíamos visitado en su interior. Tres pisos donde pudimos ver algunos objetos de la época del mariscal y una pequeña exposición de cuadros, que estaban a la venta. Aquí es donde nos enamoramos de algunos de ellos y finalmente compramos uno, que tengo preparado para enviar a nuestra casa en Yokohama.

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Las muñeiras y los gaiteros llenarán de alegría nuestro salón.

Qué paséis un buen fin de semana !!

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Hace un año: En la nueva casa, en el nuevo barrio

Hace dos años: Tallaje en ropa de bebé

Hace tres años: La cigarra

Hace cuatro años: Empecé las clases prácticas !! Y una de bichos !!

Hace cinco años: Estoy viva y en Japón !!

Celebrando la boda

Pues si.

Han pasado más de tres años desde que Hideo y yo contrajimos matrimonio en el ayuntamiento de Ebina (Kanagawa) pero aún no habíamos podido celebrarlo con la familia española. Y es que, como me decían mis padres, Hideo vino a presentarse en Mayo de 2008 y aquí ya no pudo venir más: Nuria se casó al año siguiente, vino a dar a luz a Yuna en España en 2010, pero no se pudo celebrar nada todos juntos.

Ahora que por fin pudimos venir todos se tenía que poner solución de inmediato !!!

Ya en Japón mis padres me comunicaron que querían hacer una celebración. Nada pomposo, ya que ni a ellos ni a nosotros nos gustan este tipo de, llamémoslo, eventos. Una comida familiar, con seres queridos y en el txoko que tantas celebraciones y comilonas ha visto.

Y fue ese día que, con ayuda de mi suegra, pude estrenar mi yukata. Hoy, de adelanto, una foto que publiqué en Instagram, pero para cuando pueda, una entradita con alguna más 😉

Lo que no nos esperábamos eran las pequeñas sorpresas (o grandes para nosotros) que nos habían preparado.

Botellas de cava y vino personalizadas, con nuestros nombres y la fecha de nuestro enlace.

Para comer (éramos unos 40) tortillas y toda clase de embutidos (tanto catalanes como jamón y chorizo de la sierra de Huelva, traídos por mi tío). Luego unos ricos lacones al horno. Como siempre hacemos en este tipo de reuniones hubo canciones y guitarras, cosa que encantó a Hideo.

Pero la gran sorpresa…

El pastel de bodas !!

Y es que siempre he dicho que una servidora no quería una boda pomposa pero si habían dos cosas que me hacían ilusión: una foto de estudio bonita, que ya tuvimos gracias a mis suegros, y un pastel, que ahora hemos tenido gracias a mis padres.

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Nos lo pasamos muy bien. Muchas emociones y un grandísimo recuerdo.

Nota: me divertí mucho con los comentarios dejados en Instagram, cuando colgué en su día las fotos, con algunos usuarios especulando que celebrábamos. A todos, muchas gracias.

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Hace un año: En la casa nueva, en el nuevo barrio

Hace dos años: Primer encuentro con Yuna

Hace tres años: Fin de nuestras vacaciones

Hace cuatro años: Amsterdam – アムステルダム (Parte 3)

Hace cinco años: Estoy viva y en Japón !!

Mi casa está…

Llegamos al aeropuerto de Barajas. Cansados después de tan largo viaje pero muy contentos. Tenía el mal presentimiento de que, para redondear la aventura, nuestras maletas no aparecieran. Por suerte me equivoqué y por la cinta aparecieron las tres y el cochecito de Yuna.

El reencuentro con mi padre… mucha emoción. Alguna lágrima, añadiendo que, como siempre que he llegado de Japón también estaba allí mi tía Luz, que en el abrazo me dijo que no dijera nada de Mari. Con el abrazo lo decíamos todo. Y más saludos, besos y abrazos con Hideo y su madre. La sensación de plenitud fue fantástica.

Y fuimos a buscar el coche, porque mi padre decidió ir a Galicia directamente desde el aeropuerto. No quería perder más tiempo 😉 . Fue entonces cuando Hideo me dijo: «Bueno… ya estás en casa»

Mi casa… No estuve muy de acuerdo y más ahora que nos hemos quedado Yuna y yo aquí y Hideo marchó. Estoy contenta de estar con mis padres en Ferreira, de ver a mis amigas, de estar en este pueblo que tan bien me acogió (y acoge) durante tres años que aquí viví. Tenemos piso propio, con lo que quiero decir que no tenemos que estar en casa de nadie, que tenemos total libertad, pero no lo siento ya mi casa.

– No creo que regrese a casa…

– Pero estás ya con tus padres, vamos a Ferreira,…

– Por eso, que hemos venido a mi país de origen, a ver a la familia, pero no es mi casa ya. Mi casa está donde estéis Yuna y tú.

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Hace un año: En la casa nueva, en el nuevo barrio

Hace dos años: Vistas desde casa

Hace  tres años: Fin de nuestras vacaciones

Hace cuatro años: Amsterdam – アムステルダム (Parte 2)

Hace cinco años: Estoy viva y en Japón !!

 

El viaje o el viaje desastroso.

Con Hideo y mi suegra volando ya de vuelta a Japón… Muchas cosas por explicar de estos días, la gran mayoría muy buenas, tiernas y/o divertidas. Pero vayamos por partes y empecemos explicando como nos fue el viaje de ida a España, a manos de la compañia alemana Lufthansa. Y es que de todo lo vivido en estas casi dos semanas ha sido lo peor… pero antes de decir si la compañia Lufthansa es más buena o más mala, repito lo que escribí hace poco más de un año, cuando viajé con Yuna por primera vez en ANA:

  • No todos los vuelos son iguales.
  • No todo el personal de vuelo es igual.
  • No todos viajamos bajo las mismas circunstancias.

Llegamos al aeropuerto de Narita como dos horas antes. Nos gusta ir con tiempo suficiente para facturar y poder ir tranquilos, aunque precisamente tranquila no iba. Los viajes en avión me ponen del revés, cosa que sorprendió a mi suegra, que pensaba que me encantaba ir en avión. Pues no…

Después de hacer el check-in en Lufthansa y pasar los controles del aeropuerto nos dirijimos a nuestra puerta de embarque, donde permanecimos muuuucho tiempo, y es que nuestro vuelo salió con casi tres horas de retraso. Llovía muchísimo. Ya en el avión y haciendo cálculos vimos que perdíamos el avión de enlace que nos dejaba en Madrid. Empezábamos bien.

Del avión y habiendo viajado ya en varias compañías aéreas debo decir que era de lo más deprimente, incluso me atrevería a decir que los aviones de corto trayecto de Iberia son mucho mejores. Personal de vuelo soso a más no poder, comida nada apetecible, pocas películas y las pocas que estaban en español eran en español latino,…

Al ir los tres adultos juntos pensaba que nos sería fácil batallar con Yuna en un trayecto largo. Pues no. Yuna nos dio el viaje. Movida como ella sola necesitaba cuatro aviones como ese para poder correr. Le comentaba a mi suegra que creía que el viaje del año pasado, con Yuna con un año justo, me había sido difícil, pero nada eso. Entre más grande, peor, así que Hideo y mi suegra me compadecen porque la vuelta me toca viajar con ella sola… Pobre de mi…

Y las turbulencias… Al pasar por el Mar Báltico tuvimos un rato de botes y más botes. Pasé tan mal rato que hasta las lágrimas me brotaron.

Llegamos a Munich, lloviendo, y, como ya nos imaginamos, el vuelo de enlace ya había partido, así que nos tocó ir a Lufthansa en el aeropuerto y pedir que nos arreglaran nuestra situación. No había vuelo a Madrid hasta la mañana siguiente, así que nos dieron nuestros nuevos billetes, alojamiento en un hotel cercano al aeropuerto (más cena y desayuno) y la promesa de que nuestras maletas facturadas llegarían a Madrid con nosotros.

Cansados, agotados, después de informar a mi familia que no fueran a Barajas a buscarnos hasta el día siguiente, llegamos al hotel. Hideo y su madre cenaron; Yuna y yo nos duchamos sin cenar y nos pusimos a dormir de inmediato.

Al día siguiente, después de madrugar y desayunar, fuimos de nuevo al aeropuerto. Esta vez sin incidentes, con un día espléndido. El avión mucho mejor que el de largo recorrido (curioso) y el personal de vuelo también. Un buen viaje en el que pude disfrutar de una vista magnífica de los Pirineos desde el aire.

Muchas emociones en el reencuentro… para una próxima entrada.

Qué paséis un buen fin de semana !!

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Hace un año: ありがとう!!

Hace dos años: Ya en casa

Hace tres años: Fin de nuestras vacaciones

Hace cuatro años: Amsterdam – アムステルダム (Parte 1)

Hace cinco años: Estoy viva y en Japón !

Nos vemos en España !!

Ya no queda nada !!

Mañana será nuestro último día en Yokohama. Me quedan ultimar algunas cosas, dejar la casa en condiciones, no sólo pensando en que no habrá nadie en unos 15 días, sino también pensando en la vuelta de Hideo, como dejarle todo lo necesario para limpieza y aseo y así no necesite ir a comprarlo.

Esta semana he ido separando las cosas que nos llevamos y ayer ya abrí la maleta para ir colocándolas. Esta vez bastante ropa ya que no sólo coincidimos con el, esperemos, buen tiempo, sino que al estar Yuna y yo hasta Octubre tengo en cuenta que ya empezará a hacer fresco y la ropa de entretiempo ocupa más. Y nos quedan por poner los omiyage (regalos)… Menos mal que la maleta que lleva Hideo es más grande que la mía y podremos utilizar parte de «su» espacio.

Muchos nervios. Muchísimos estoy pasando estos días. No sólo por el hecho de tener ganas de ir todos para allá, sino que los viajes en avión no han sido nunca de mi agrado y lo paso un poco mal hasta que el aparatejo no está en lo alto.

Ganas de descansar, sobre todo Hideo que desde que volvió de Alemania hace tres semanas ha tenido más trabajo que nunca en la oficina, volviendo tardísimo a casa. Teníamos a mi padre ilusionado haciendo planning de lugares a donde ir durante la estancia de Hideo y su madre, pero ya le dije que nada de nada: sólo tenemos pensado ir a visitar Santiago y, tal vez, Lugo, pero lo importante de este viaje es el estar todos juntos.

También habrán duros recuerdos para mi, al recordar a los que me despedí con un «nos vemos el año que viene» y ya no los podré ver. Joder, Mari, que difícil se me hará ir a tu casa y que tú ya no estés… Ya me lo dice mi madre: «Piensa que tú  te marchas y dejas a un montón de gente mayor aquí»

El sábado saldremos rumbo a Chiba, a casa de mi suegra y estaremos allí hasta el lunes por la mañana, que sale nuestro avión. Aunque viajamos con ANA, el avión será operado por Lufthansa, siendo la primera vez que viaje en la compañía alemana. A ver que tal. Llegaremos a Madrid sobre las 10 de la noche, después de hacer escala en Munich.

Avión de Lufthansa, tomada hace tres semanas por Hideo, en Frankfurt.

Y me despido de vosotros hasta dentro de un par de semanas. El blog y una servidora se toman unos días de vacaciones, de días de familia. Donde tal vez continue siendo activa sea en mi microblog de Trumblr y en Instagram.

Nos vemos en España !!

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Hace un año: Revisiones médicas

Hace dos años:  A Japón – 日本ヘ

Hace tres años:  Sakura ebi (桜えび)

Hace cuatro años: Holanda (Tilburg) – オランダ (ティルブルフ)

Hace cinco años: El posible planning